Los analistas de IDC han vuelto a poner sobre la mesa uno de sus pronósticos sobre el mercado de videojuegos y consolas. La conclusión principal del mismo es que la presión de la competencia llevará a Microsoft a poner a la venta su Xbox One sin Kinect incorporado. De esta forma los de Redmond rebajarían el precio de su consola y la situarían a la par que la PlayStation 4.
La consola de Sony estaría emergiendo como ganadora en estos primeros meses de la nueva generación y en IDC esperan que Microsoft reaccione ofreciendo para el próximo año un pack de la consola sin su principal accesorio. El descenso consecuente en el precio cambiaría la dinámica de ventas y, siempre según las estimaciones de los analistas de IDC, permitiría que Xbox One llegase a 2016 como la consola de nueva generación más vendida en norteamérica. Globalmente el liderazgo seguiría en manos de Sony.
Las predicciones de IDC se unen a las voces que señalan la diferencia actual de precios, 499 euros Xbox One y 399 euros PlayStation 4, como principal desventaja de la consola de Microsoft. El sobrecoste de Kinect, estimado en esos 100 euros de distancia, podría explicar la ventaja que ha tomado Sony en cuanto a ventas durante el escaso medio año que llevamos de generación.
El problema es que tomar esa decisión no es tan sencillo. Relegar a Kinect a la condición de accesorio no estrictamente necesario para su consola parece ir en contra de los planes de los de Redmond, que continúan apostando muy fuerte por sus capacidades como método de control y como elemento central de la experiencia que tratan de construir. Renunciar a él puede ser duro pero quizás un paso necesario para evitar tomar decisiones más drásticas sobre el futuro de Xbox.
Vía | WinBeta > IDC
En Xataka | Microsoft debería lanzar una Xbox One sin Kinect. De verdad.
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