Mucha polémica hubo en su momento por la decisión de Microsoft de empezar a vender la Xbox One sin Kinect como componente obligatorio. Esa movida implicaba un giro drástico desde el planteamiento inicial con que presentaron la consola, y además defraudar en parte a los usuarios que habían apostado por la Xbox One con Kinect incluído, ya que una vez que este se convierte en un simple accesorio, es probable que muchos desarrolladores de juegos opten por ignorarlo (más todavía cuando al pasar de Kinect es posible acceder a mayor potencia gráfica para el juego en sí mismo).
Sin embargo, si el objetivo de la medida era revertir las malas cifras de ventas, el tiempo le está dando la razón a la decisión de Microsoft. Así al menos lo afirma el director de marketing de Xbox, Harvey Eagle, quien no entrega cifras exactas, pero señala que el "momentum" de ventas de la consola ha mejorado considerablemente en las últimas semanas.
Esta noticia tiene 2 aristas. Por una parte, al recuperar un buen ritmo de ventas, Microsoft se asegura una posición en la nueva generación de consolas (algo que ya se reafirmó como prioritario en la carta de Satya Nadella), pero a la vez, el futuro de Kinect se vuelve complicado. A medida que aumente la proporción de personas que compren la consola sin el accesorio, menos querrán los desarrolladores invertir tiempo y recursos en crear juegos para Kinect, lo que a su vez reforzará la primera tendencia.
A futuro quizás esto pueda revertirse mediante una nueva versión de Kinect que incluya más funcionalidades que sí capturen el interés de usuarios y desarrolladores, o bien, que Microsoft pague a los estudios para que saquen al mercado una ola de juegos atractivos para Kinect, que justifiquen la compra del accesorio. Pero fuera de eso, se ven pocas salidas a este círculo vicioso que amenaza con relegar a Kinect a la irrelevancia.
Vía | Trusted Reviews En Xataka Windows | La evolución de Kinect y la importancia de Microsoft Reasearch
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