En las últimas horas Xbox One se ha vuelto a ver involucrada en lo que parece ser otra mala maniobra de márketing. La polémica saltó cuando se hizo público un acuerdo por el que Microsoft abonaría 3 dólares cada mil reproducciones a usuarios populares de YouTube asociados con Machinima que realizasen vídeos promocionando Xbox One y sus juegos.
Los mayores puntos de conflicto giraban en torno a las dos condiciones que explican nuestros compañeros de Vidaextra: no se podía hablar de forma negativa de Xbox One, de sus juegos o de Machinima; y el usuario debería mantener el acuerdo en secreto. A alguien se le debió pasar este último punto porque ahora todo el mundo lo conoce y la polémica está servida.
El caso es que, amén de lo discutible de este tipo de prácticas, dichas condiciones podrían traer problemas a Microsoft y Machinima. Las autoridades reguladoras norteamericanas son muy claras en este tema y exigen que quede claro en todo momento si existe relación entre quien realiza la publicidad y la marca que vende el producto.
Microsoft y Machinima han terminado por salir al paso con la siguiente declaración conjunta enviada a The Verge:
"El acuerdo entre Machinima y Microsoft fue un acuerdo típico de márketing para promocionar Xbox One en diciembre. El equipo de Xbox no revisó ningún contenido específico ni proporcionó feedback sobre los contenidos. Cualquier condición, término u otras directrices son documentos estándar proporcionados por Machinima. Para mayor claridad, la confidencialidad se refiere a los acuerdos en sí, no a la existencia de la promoción."
Las dos compañías intentan así rebajar la tensión en torno al problema. Machinima además se dirigió a The Wall Street Journal disculpándose por la confusión y afirmando que están evaluando lo ocurrido. El problema es que el daño ya está hecho y el incidente se suma a otros errores cometidos por los de Redmond con el márketing de Xbox One.
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