Este pasado 21 de noviembre he podido disfrutar de mi tercera asistencia a los Premios Xataka, los cuales galardonan a los mejores productos tecnológicos del año de acuerdo a nuestros editores y a la comunidad alrededor del blog.
En torno a estos premios, las principales marcas de fabricantes promocionan sus productos más novedosos, en algunos casos prototipos, y los exponen en el recinto del evento; constituyendo una pequeña feria de tecnología, en donde hemos podido disfrutar de equipos que aún están lejos de su distribución y puesta en venta al público en general.
En nuestras manos, lo que será el futuro
La primera sorpresa, y un poquito de banal orgullo, fue encontrarme con el Lenovo Flex 20 – del cual os hable hace unas semanas – con la actualización a 8.1 y la configuración de aplicaciones que deje instalada durante el análisis.
Justo al lado estaba uno de los stand más espectaculares, el de LG, no tanto por su enorme televisión de 80” o más, con calidad 4K, si no por ser – sin duda alguna – el que tenía las azafatas más espectaculares de todas. Y no olvidemos que estamos hablando de un evento de techies, con un público compuesto mayoritariamente por jóvenes varones.
Lo más concurrido era la exposición de Mountain, que estaba dedicado a potentes ordenadores de sobremesa, orientados a videojuegos; y en donde pude probar las novísimas gafas de realidad virtual Oculus Rift – mareándome de forma totalmente real en la montaña rusa sintética.
Nokia se trajo su gama completa de dispositivos, incluyendo su phablet y la tableta Windows RT. Y esta última me llamó mucho la atención – creo que era un prototipo – porque no era todo lo fluida que me esperaba. Eso sí, tal vez este sea un primer vistazo al uso de Windows 8 en los smartphone; cosa que creo que pudiera darse a corto/medio plazo.
Pero lo más importante para mí empezó a emerger al ponerle las manos, por primera vez, a la tableta HP Omni 10. Tan ligera como una Surface RT y con una duración de batería similar; pero que lleva como corazón un procesador Intel, lo cual permite utilizar un Windows 8.1 PRO.
La respuesta de Intel a ARM puede ser el fin de RT
Poco a poco me fui quedando pasmado ya que, como dueño de una Surface PRO y una RT, la diferencia entre ambas tabletas es importante. Y hete aquí que esta HP me daba la sensación de tamaño, movilidad y duración de batería de una RT, pero con la capacidad completa de Windows 8 PRO, para utilizar las aplicaciones de escritorio.
La siguiente parada fue la exposición de Asus, en donde pude probar la punta de lanza de lo que ofrece la compañía – desde su anuncio de no fabricar más dispositivos RT – en la forma de la Vivo Tab. Un transformable/híbrido que vuelve a mostrar la potencia de todo un ordenador Intel con la ligereza y movilidad que solo se veía en tabletas RT, eso sí a un precio a la altura de sus prestaciones.
Pero lo más interesante llegó en el Stand de Intel... Al menos cuatro tabletas de diferentes fabricantes que, si no llego a leer el tipo de procesador que las mueve, hubiera confundido sin duda con dispositivos ARM. Además no se limitaba a dos o tres modelos de procesadores, sino que estaba ante dos familias completas diferentes – Atom e iCore - con gran variedad de tipos en cada una de ellas.
¿Por qué una RT si puedo tener una PRO?
Si hay algo cierto en la industria de la fabricación de hardware informático, es que el secreto y la discreción son parte inherente del cómo se hacen las cosas. Y ha resultado muy llamativo el abandono, por parte de los fabricantes, de la plataforma RT desde prácticamente su nacimiento; a pesar de que siempre ha sido el dispositivo perfecto para ganarle cuota de mercado a su competidor natural: el iPad.
Ahora, que ha transcurrido un año y que la respuesta de Intel a sus competidores en movilidad y tabletas ya se empieza a perfilar en toda su magnitud, empiezo a comprender el porqué de la soledad de Microsoft (ahora también Nokia) con la Surface RT; ya que es el único fabricante que sigue apostando por la plataforma.
Para equipos que requieran poca potencia, que prioricen la duración de la batería y la ligereza, Intel ofrece la gama de procesadores Atom. Aquellos que movieron los fallidos Notebooks con Linux y Windows XP, pero super vitaminados y mineralizados; y que no tienen nada que envidiar a los Tegra o Qualcomm más actuales.
Para las gamas altas como son los ultrabooks, los híbridos o las tabletas de alto rendimiento, Intel ofrece la familia iCore, con sus i3, i5 e i7, pero con las ventajas de la arquitectura Haswell https://www.xataka.com/componentes-de-pc/intel-core-haswell-toda-la-informacion – sobre todo en consumo.
Así la lógica indica que, si la combinación Wintel vuelve por sus fueros, se debería dar por finalizado el viaje con ARM. Y pierde todo sentido el mantener la dualidad Windows RT/PRO, tanto para los fabricantes, como para la propia Microsoft.
Aterrizando en el mundo real
Tal y como ocurrió el año pasado, de las maravillas que pudimos disfrutar en los premios Xataka, no hay ni una sola en los mostradores, para ser comprada. Los grandes puntos de venta de tecnología han vuelto a obviar los equipos táctiles y las tabletas Windows 8.
Y, es más, en algún establecimiento han sacado a precio de saldo las tabletas “viejas” RT y PRO, mientras las tabletas de gama baja de Android y, sobre todo, el área de la Manzana han crecido hasta abarcar todo el espacio disponible.
Incluso las zonas en los comercios, que iban apareciendo tímidamente, dedicadas a la promoción de la Surface, han desaparecido - menos en algún que otro establecimiento. Es decir, la llegada masiva de dispositivos táctiles con Windows 8, en cualquiera de sus formatos, se volverá a retrasar – al menos – hasta el año que viene.
Eso sí, el futuro de Windows 8 como sistema operativo está más que asegurado. Las largas filas de portátiles y ordenadores en las estanterías lo llevan en todos los casos; habiendo sido desterrada – por fin – la versión 7.
En resumen, más de lo mismo. “Si tu no vendes, yo no compro”, y la industria se sigue mostrando especialmente cauta, moderada y cicatera en el gasto de promoción de los productos táctiles, mientras se pelean por las migajas del sobreexplotado mercado de los equipos “tradicionales”.
Tal vez es el momento ideal para que salga un dispositivo táctil que produzca el mismo efecto que produjo el iPad en las tabletas, o el iPhone en los SmartPhone, y que después se quejen.
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