Hoy, 12 de Enero de 2016, es la fecha elegida por Microsoft para dejar de dar soporte a Windows 8, el sistema operativo que supuso con salto conceptual respecto a la anterior generación y que, por motivos varios, nunca terminó de congeniar del todo con el usuario. ¿Qué medidas o qué aspectos debe tener en cuenta aquel que aún disponga de un PC o Tablet funcionando con este sistema operativo?
¿Debe alarmarnos la noticia? No exactamente. En realidad, el que no se siga recibiendo soporte en forma de actualizaciones no supondrá que nuestra máquina deje de funcionar correctamente. ¿Has tenido algún problema hasta el momento? Una de las cosas que puede suceder es que, en un futuro más o menos próximo, al comprar un nuevo hardware podríamos encontrarnos que no hubiera drivers compatibles o se generarán incompatibilidades.
Renovando con Windows 8.1
Microsoft Windows, al igual que la mayoría de sistemas operativos, va sugiriendo de forma periódica la instalación de nuevas actualizaciones y parches, las cuales implican una mejora en el rendimiento y estabilidad de nuestra máquina, así como garantizar una mayor protección del software con respecto a amenazas que puedan llegarnos de la Red. Lo lógico es aceptar las actualizaciones, aunque por lo general se instalarán automáticamente al iniciar el apagado del PC.
¿Qué debe hacerse pues? Una postura sería limitarse a seguir con Windows 8, y continuar utilizando el ordenador como siempre. Lo cuál no debería afectarte negativamente. Y la otra sería tomarse un poco de tiempo y actualizar gratuitamente a Windows 8.1. En Xataka WIndows tienes un artículo en el que se listan algunas de las novedades más evidentes, entre las que se encuentra la recuperación del menú de inicio.
Windows 8, a finales de 2015, apenas representaba entre un 2% y un 3% del total de PCs a manos de los usuarios, cifra que viene a decirnos que la mayoría de propietarios de una máquina con Microsoft Windows ya ha practicado un salto generacional.
Además, si la idea es seguir con el ordenador o tablet durante un tiempo más, y quizás comprar algún periférico nuevo, migrar a Windows 8.1 sería una buena idea y fácil de poner en práctica: ello conllevaría seguir obteniendo soporte y actualizaciones hasta 2023, especialmente necesarias las que traen parches de seguridad.
Actualizando a Windows 10
¿Y que hay de Windows 10? ¿No se podría actualizar a una plataforma de software superior? En uno de mis equipos, un Tablet con pantalla de 10,1", instalé primero Windows 8.1 y luego Windows 10, aunque debo apuntar que Windows 8.1 lo aprecié más ligero en mi equipo. ¿Cuáles son los requisitos mínimos que debería tener una máquina a fin de actualizarse a la última versión del sistema operativo?
- Para Windows 10 32-bits 1GB de RAM y 16GB de almacenamiento libre en el disco.
- Para Windows 10 64-bits 2GB de RAM y 20GB de almacenamiento disponible.
- Procesador a 1GHz o configuración SoC.
- Tarjeta gráfica compatible con DirectX 9, o posterior, con un controlador WDDM 1.0.
- Pantalla con resolución de 800x800 pixeles.
Lo ideal sería superar con holgura las requisitos mínimos presentados, que pueden consultarse de forma ampliada desde la web de Microsoft. ¿Merece la pena actualizar a Windows 10 si se roza la configuración mínima? En eso deberían prestar atención los propietarios de PCs que, desde sus inicios, venían con Windows 7 y, por tanto, tendrían cierta antigüedad.
Actualizar nuestro PC con la última versión del sistema operativo siempre será una idea acertada, y más aún teniendo en cuenta que se ganará en nuevas características, una mejora visual de la interfaz y los accesos, optimización del sistema en sí y nuevas aplicaciones, como Cortana, que complementan la experiencia en el uso de nuestra máquina.
Via | Genbeta
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