Aunque parece que hubiera sido ayer, el lanzamiento de Windows 7 al mercado ocurrió hace ya más de 5 años, y en el calendario de Microsoft eso significa que ya ha llegado la hora de que finalice su fase de soporte principal.
¿Qué significa eso en la práctica? ¿Quedarán los usuarios de este sistema operativo sin protección ante futuros problemas de seguridad? No, ya que ahora Windows 7 entra en su fase de soporte extendido, que concluye en enero de 2020, y durante la cual Microsoft seguirá publicando hotfixes para fallos de este tipo. Es decir, todavía sigue siendo viable que las empresas que están con Windows XP actualicen a Windows 7, evitando así quedar expuestos ante futuras vulnerabilidades.
Sin embargo, ya no se publicarán correcciones para problemas que no comprometan la seguridad de los equipos (a menos que el propietario de la licencia pague por una ampliación del soporte principal, la cual podrá contratarse hasta marzo de este año). También se dejarán de lanzar actualizaciones que incluyan mejoras de diseño o nuevas características, y ya no existirá la posibilidad de hacer reclamaciones ante Microsoft a partir de la garantía del sistema operativo.
Aun así, en ciertos países Microsoft puede terminar hacer excepciones a estas condiciones, en función de lo que exijan las leyes locales.
Para aquellos que usen Windows 8.1 no hay razón para preocuparse aun, ya que este sistema seguirá contando con soporte principal hasta el 9 de enero de 2018, y con soporte extendido hasta comienzos del 2023.
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