Uno de mis primeros recuerdos frente a un ordenador es de hace muchos años, cuando de vez en cuando mis padres me llevaba a casa de un primo que siempre nos enseñaba todo lo que se podía hacer con un ordenador y un tal Windows 3.0. Mucho a llovido desde entonces, tanto que este veterano sistema operativo de Microsoft hoy cumple 25 años.
El 22 de mayo de 1990 Microsoft lanzó el que se convirtió en el primer gran éxito de la saga de Windows, en parte gracias al ser también el primero que empezó a venir preinstalado en algunos de los ordenadores de la época. Su mayor innovación fue la multitarea, pues fue el primer Windows que permitía ejecutar varias aplicaciones simultáneamente en diferentes ventanas.
Pero esa no fue su única innovación, que soportaba una amplia gama de modos de memoria, desde las de 16 bits hasta las de 32, y evolucionó estéticamente al ser compatible con el estándar TrueType de Apple y al incluir un vistoso administrador de programas y archivos basado en iconos.
Para que los más jóvenes os hagáis una idea del tipo de ordenadores que se utilizaban en la época, estos son los requisitos mínimos que nos pedía este mítico sistema operativo en aquellos tiempos según la Wikipedia
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Procesadores 8086/8088 o superiores
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384 KB de memoria libre convencional (modo real, los modos protegidos requieren más).
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Disco duro con 20 MB de espacio libre recomendado.
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Gráficos con soporte CGA / EGA / VGA /Hercules / 8514/A y un monitor adecuado y compatible.
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Un ratón compatible con Microsoft.
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MS-DOS versión 3.1 o superior.
Windows 3.0 cambió para siempre el destino de Microsoft. Apple había conseguido popularizar las GUI o Interfaces gráficas de usuario, pero fueron los de Redmond los que consiguieron convertirlas en un estandar a la hora de interactuar con nuestros ordenadores, marcando un camino que nos ha llevado a los sistemas operativos modernos que hoy todos conocemos.
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