Gracias a esta aplicación vamos a poder controlar desde un _smartphone_ que funcione bajo iOS o Android nuestro PC (también es compatible con MAC) de forma que podemos acceder a las funciones del mismo sin tener que estar sentados junto a el. Vamos a ver cómo funciona.
El primer paso es buscar y descargar Splashtop Remote Desktop bien sea desde Google Play si estamos utilizando un dispositivo Android o desde la App Store si trabajamos con un terminal con iOS e instalarla en nuestro teléfono. Se trata de una aplicación muy ligera, pues tan solo pesa unos 3 MB y tiene un precio de 3,75 euros (4,99 en iOS), algo cara, todo hay que decirlo, pero me he animado a probarla y si no te convence puedes devolverla.
El segundo paso es instalar la aplicación en tu ordenador, para lo cual acudimos a la web oficial de Splashtop y tras seleccionar el sistema operativo correspondiente y la versión en función el uso procedemos con la instalación.
Empezamos a usar Splashtop Remote Desktop
Ya hemos instalado Splashtop Remote Desktop en el teléfono y el ordenador y lo primero que haremos es abrir la aplicación desde el PC para proceder a configurar la cuenta con nuestro correo electrónico y una contraseña. Después le damos un nombre a nuestro equipo y la aplicación nos dará una IP para identificarlo dentro de la utilidad.
El siguiente paso una vez configurada la cuenta es entrar en Splashtop Remote Desktop pero en este caso desde nuestro teléfono, momento en el cual vamos a introducir la IP que nos ha facilitado la aplicación anteriormente para así poder acceder al equipo.
El único requisito es que ambos equipos deben estar trabajando bajo la misma red Wi-Fi, si bien también puede trabajar en el caso de uso de redes 3G/4G, algo que no he llegado a probar.
Ya hemos dado todos los pasos y podemos desde el _smartphone_ o tableta "jugar" con nuestro PC de forma remota y así hemos abierto el navegador, usado el explorador de archivos, visto nuestras fotos... todas las tareas como si estuviésemos delante de nuestra pantalla.
De esta forma imaginemos que estamos ante una intervención en público y queremos controlar por ejemplo la reproducción de un vídeo, una presentación en PowerPoint o mostrar un estudio que hemos llevado a cabo, de forma que podremos llevar a cabo todas estas tareas desde otro punto de la estancia y sin tener que estar presentes junto a nuestro ordenador.
El pero que pueden poner algunos usuarios es el precio a pagar, pero todo depende del uso que cada uno le vaya a dar a una utilidad así, pues si realmente le va a sacar partido por su actividad diaria el coste de 3,75 euros no es para nada elevado. Además, existen otras versiones como una destinada a hacer uso de resoluciones HD, en cuyo caso el precio asciende a 7,39 euros.
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