Durante los últimos años Skype ha ido abandonando el protocolo P2P en el que estaba basado en favor de una mayor carga en sus servidores. El cambio fue y sigue siendo polémico por la modificación que supone en los canales que siguen nuestras comunicaciones y los problemas de privacidad asociados al nuevo modelo. Por eso, desde la compañía ahora propiedad de Microsoft no pierden ningún momento en tratar de explicar sus motivos.
En un nuevo artículo publicado en el blog de la compañía Mark Gillett, CVP de Skype, vuelve a justificar el cambio de arquitectura en el hecho de que cada vez más gente utiliza Skype desde dispositivos distintos al PC, como smartphones y tablets. Con ellos tienen que hacer frente a cuestiones tales como su autonomía o la calidad de las conexiones móviles. Esto ha obligado a la compañía, no sólo a mejorar su sistema P2P, sino también a confiar parte del trabajo a la nube.
El principal cambio llegó con Skype para Windows 8. Fue entonces cuando se empezaron a servir de la nube para ayudar a los usuarios a distribuir mensajes y llamadas. Aunque el cambio todavía no es total, pues los usuarios continúan evaluando el ancho de banda, la conectividad y la seguridad para seleccionar el mejor camino para establecer la comunicación, la adopción de la nube está muy avanzada y representa el mayor cambio en la arquitectura de Skype en sus 10 años de vida.
Destinar parte de los recursos a la nube tiene además ventajas añadidas. La gente de Skype asegura que ahora pueden introducir nuevas funcionalidades, como los mensajes de vídeo o la próxima sincronización de nuestras conversaciones en varios dispositivos al mismo tiempo. Y esos no son los únicos cambios introducidos durante los últimos meses, ahí está también la adopción de las cuentas de Microsoft o la posibilidad de realizar y recibir llamadas desde Outlook.com.
El problema es qué ocurre con los datos de nuestras llamadas que la compañía necesita recopilar para llevar a cabo esas tareas. Tras el escándalo PRISM y las escuchas de la NSA, Skype ha sido uno de los servicios en el punto de mira, así que nunca está de más recordarnos lo en serio que se toman su responsabilidad con los datos que recopilan. Desde Skype aseguran que para protegerlos utilizan todo tipo de mecanismos de seguridad, empezando por guardar sólo parte de la dirección IP y siguiendo por cifrar los nombres de las cuentas de Skype que almacenan.
No es para menos. Los usuarios de Skype envían miles de millones de mensajes de chat cada mes y suman miles de millones de minutos de conversaciones al día. Semejante caudal de comunicaciones es una mina de oro para agencias gubernamentales con exceso de curiosidad. De los esfuerzos que haga la compañía para garantizar la privacidad de todas esas comunicaciones depende la confianza de los usuarios y el éxito del servicio.
Vía | Skype Big Blog
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