Después de revisar la Surface RT de Microsoft, hoy le toca el turno a su hermana mayor: la Surface Pro, un tablet con toda la potencia de Windows 8 y con la que ya tuvimos un primer contacto hace tiempo.
Sobre el papel tenemos una buena bestia de 4 GB de RAM, procesador i5 y una tarjeta gráfica Intel HD 4000. Y ya os adelanto que todo eso se traduce en rendimiento, fluidez y potencia sobresalientes. La pantalla, de 1080p y 10.6 pulgadas, es el otro aspecto destacable de Surface Pro, el primero que salta a la vista.
En cuanto a las diferencias con Surface RT, prácticamente todas están relacionadas con el hecho de tener Windows 8 y no RT: más profundo, más pesado, menos vida de batería... Por lo demás es igual, incluyendo los teclados Type y Touch Cover que no reseñaré de nuevo.
Surface Pro, diseño y construcción
A grandes rasgos, Surface Pro tiene el mismo diseño que la Surface RT, sólo que más profundo. Todos los botones están en las mismas posiciones, y lo único que cambia es el puerto USB en el lateral izquierdo.
Al ser una arquitectura x86, la Surface Pro tiene que disipar más el calor que la RT. En Microsoft lo han solucionado de forma bastante ingeniosa: en lugar de hacer una abertura para el ventilador, han hecho una ranura continua en los laterales para expulsar el aire caliente.
Como era de esperar, el tablet también pesa más y no es muy plausible llevarlo en las manos durante mucho tiempo. Es más ligero que un portátil, sí, pero tampoco mucho. De todas formas, no creo que sea el aspecto en el que Microsoft quiere diferenciarse.
Por lo general, Microsoft ha cuidado los detalles en la construcción de Surface Pro, pero no tanto como en la RT. Algunas partes de la tablet dan la sensación de estar ligeramente descolocadas, como el lateral superior o el Kickstand, que sobresale ligeramente en los bordes. Por suerte, este último sigue siendo igual de robusto y útil, con el mismo fallo de no ser regulable.
Una de las cosas que esperaba que mejorasen con la Surface Pro era el conector del cargador. Al tener laterales más anchos es más fácil engancharlo a la primera, pero sigue quedándose pegado sin cargar de vez en cuando.
Pantalla de de alta resolución, pero...
La pantalla de Surface Pro es impresionante. A 1080p y 208 ppi, los píxeles son prácticamente inapreciables. Aún siendo miope apenas he sido capaz de distinguirlos teniendo la pantalla a escasos centímetros. Los vídeos y las imágenes se ven absolutamente genial.
Ahora bien, hay un problema. Al tener tan alta densidad, Windows 8 tiene que _agrandar_ la interfaz para que no se vea demasiado pequeña. Eso lleva a que, estéticamente, el sistema no es igual en Surface Pro que en un ordenador normal. Al agrandar las fuentes son ligeramente distintas, los logos son un poco diferentes...
Eso no sería un problema si no fuese porque a veces hay aplicaciones que no acaban de adaptarse bien, por ejemplo Steam o algunos asistentes de instalación. Al escalar imágenes o interfaces antiguas, aparecen un poco borrosas y no queda del todo bien.
Por ejemplo, probando Firefox se nota que no está adaptado, y probablmente ocurra lo mismo con otros programas. Podéis ver en la captura la diferencia de renderizado entre Internet Explorer y Firefox. Mientras que el primero adapta la web al tamaño de pantalla, el segundo no lo hace y lo deja todo demasiado pequeño.
Pero Firefox no es la única aplicación en la que pasa esto. En Steam o en asistentes de instalación, por ejemplo, se nota la interfaz borrosa por la ampliación. La única solución es restaurar el escalado al 100%, pero entonces la interfaz se vuelve inmanejable con los dedos.
Como os digo, creo que esto no es problema de Microsoft sino más bien de los desarrolladores, así que sólo queda esperar a que se adapten a estas tablets de alta densidad de pantalla. Por suerte, las aplicaciones Modern UI se ven exactamente igual en Surface Pro que en otros ordenadores así que ahí no hay que realizar cambios.
En cuanto a la parte táctil, no tengo ninguna queja. Control preciso e instantáneo, y los dedos se deslizan perfectamente por la pantalla. Además, las marcas de dedos se quitan muy fácilmente con un paño seco.
El lápiz digital, un añadido bastante útil
Con Surface Pro viene incluido el Surface Pen, un lápiz táctil que resulta bastante útil. Es básicamente un puntero que nos permite seleccionar cosas y hacer doble clic con el botón que hay en la mitad del bolígrafo.
Ese mismo botón sirve para dejarlo pegado al lateral de tablet: es magnético y se queda enganchado en el hueco del cargador de batería.
No es imprescindible, pero no viene mal si queréis escribir a mano o apuntar fórmulas matemáticas. El reconocimiento de texto funciona sorprendentemente bien en ambos casos, incluso si tienes una letra tan horrible como la mía.
Como detalle curioso sobre este aspecto, puedes escribir con la mano apoyada en la pantalla, como si fuese un papel, sin que haya clics extraños: Surface Pro desactiva la entrada táctil con partes del cuerpo cuando detecta el lápiz digital.
Multimedia: cámara, micrófonos y altavoces
Sigamos repasando el hardware de Surface Pro, ahora con la parte multimedia. Como era de esperar, no destaca para nada en la parte de grabación. Las cámaras trasera y delantera tienen una resolución pobre, y el micrófono tiene una calidad que deja bastante que desear. Nos servirán para hacer una videollamada rápida y poco más.
Grabación: mediocre. Reproducción: excelente.
Lo que sí me ha sorprendido muy gratamente son los altavoces. La calidad de sonido es muy buena incluso a volumen máximo, no hay distorsión apreciable y los graves se escuchan bastante mejor que en un tablet.
Además, al tenerlos situados en los laterales, Surface Pro puede emitir sonido en estéreo sin problemas. Esto, junto con la calidad de la pantalla, hacen que ver una película o serie aquí sea una verdadera maravilla.
Batería: suficiente para lo que ofrece
La batería del Surface Pro no es una maravilla. Dura unas cuatro-cinco horas de media con uso intensivo de aplicaciones: más que un portátil pero menos que una tablet. Si le ponemos mucha carga de procesador y gráfica, como por ejemplo jugando a juegos potentes, dura una hora como mucho.
Si tenemos en cuenta lo que lleva esta tablet y lo que podemos hacer con ella, 4-5 horas parece bastante, hay que tener en cuenta que es un portátil al fin y al cabo. Lo que sí está claro es que, si la queremos llevar todo el día, tendremos que tener el cargador a mano.
En cuanto al tiempo de carga, Surface Pro se carga por completo en dos horas. Y un detalle del cargador muy interesante: tiene un puerto USB para que podamos cargar nuestro móvil o cualquier otro cacharro al mismo tiempo, sin necesidad de adaptadores adicionales.
Surface Pro, toda la potencia de Windows 8
Vayamos ahora al software. Recordemos que Surface Pro tiene Windows 8 en sus tripas, así que puede ejecutar cualquier programa que le pongamos. Haciendo pruebas, he de decir que se ha portado realmente bien.
Como informático, lo primero que he hecho ha sido descargar Visual Studio. Y, efectivamente, funciona genial y compila todo lo que le eches (y bastante rápido). Incluso puedes depurar aplicaciones de Windows Phone, como veis en la foto.
La otra cosa que he hecho en cuanto ha caído en mis manos ha sido descargar Steam y algunos juegos, entre ellos Portal 2 y CoD: Black Ops II. Lo hice más como una prueba a ver cuál era el nivel máximo de calidad que daba la tablet: imaginaos mi sorpresa cuando ambos juegos funcionan a 1080p y en alta calidad sin ningún problema de rendimiento ni fluidez.
Surface rinde perfectamente incluso cuando no esperaríamos que lo hiciese.
En cuanto a la potencia, no creáis que es fácil conseguir que empiece a ir lento. Sólo he conseguido que se atasque un poco cuando he llegado a las 4 GB RAM con Visual Studio compilando, un juego ejecutándose, todos los programas de Office en marcha y con documentos pesados y más de 200 pestañas abiertas entre Internet Explorer y Firefox. Y aun así iba bastante bien. ¡Hasta Firefox iba rápido!
A pesar de que sé que la Surface Pro no tiene mal hardware, no deja de sorprenderme que pueda hacer tantas cosas con tan buen rendimiento. Influye mucho también a lo que nos tienen acostumbrados iOS y Android en cuanto a potencia.
El rendimiento de Surface no se queda ahí. El hecho de tener USB 3.0 hace que pasar datos a memorias USB adaptadas (al Lumia 920, por ejemplo) sea bastante más rápido que con USB 2.0. Y si lo que queremos transferir son archivos a través de Internet, Surface Pro no se queda nada mal. El alcance del Wifi es muy bueno, no he encontrado ningún problema y ha transmitido a la máxima velocidad que dejaba la red.
Y por último, el aspecto de la temperatura. Con el uso normal no se calienta prácticamente nada: sólo si le metemos caña empezarán a soplar los ventiladores y el tablet estará un poco más caliente, pero tampoco mucho. Además, cuando está ventilando no hace mucho ruido así que no es muy molesto.
Windows 8 y su interfaz táctil
Con Surface Pro he confirmado algo que ya tenía bastante claro desde que probé algunas tablets con Windows 8: esto es para lo que está pensada la interfaz Modern UI y esa dualidad Metro / escritorio tradicional que tanto se ha criticado.
En tablets como Surface Pro es donde la interfaz dual cobra todo su sentido.
En un tablet como este, tiene todo el sentido del mundo separar Metro para las aplicaciones más de ocio (redes sociales, noticias, mensajería...) y dejar la interfaz tradicional para los programas más potentes. Una preparada para usar con los dedos, y otra para enchufar ratón y teclado y hacer algo productivo. Dos interfaces distintas para dos cosas distintas, y todo en el mismo sistema.
Ahora bien, para acabar de completarlo faltan cosas en la interfaz Modern UI para que pueda usarse sin problemas sin necesidad de ir al escritorio. La principal ausencia es el explorador de archivos Modern UI. Y, por supuesto y como decimos siempre, no estaría mal que la Windows Store tuviera más aplicaciones útiles que no nos hicieran echar de menos el escritorio (Dropbox, versiones ligeras de algunas aplicaciones de Office...).
También habría que mejorar un poco la interfaz tradicional para usarla con los dedos. El gesto de "doble clic" no acaba de resultar natural, por ejemplo. Además, algunos iconos podrían ser más grandes, sobre todo los de minimizar/maximizar/cerrar.
Pero en general, Windows 8 en la Surface Pro me ha dejado con muy buen sabor de boca, fácil y cómodo de usar. Eso sí, esperemos que la versión 8.1 lo mejore todavía más, ya no sólo con el botón de inicio que muchos piden (y sigo sin saber por qué) sino con cosas más útiles: reconocimiento de voz estilo Windows Phone o Xbox, o mejor multitarea con Metro.
Surface Pro, conclusiones
Al empezar el artículo de Surface RT, decía que para mí las tablets no eran un producto demasiado atractivo. Sin embargo, tengo que decir que este híbrido tablet-ordenador que es el Surface Pro me encanta.
Tengo toda la potencia que necesito para un ordenador, y no es muy descabellado usarlo como PC principal: sólo hace falta ratón y teclado inalámbricos y un adaptador para conectarlo a un monitor más grande. En el momento en el que salga de casa o quiera tumbarme en el sofá a leer los RSS, simplemente lo desconecto y me lo llevo. Y si veo que tendré que escribir algo, se le coloca la Type Cover y ya tienes un portátil listo.
Está claro también que esto no es un tablet de ocio. Si sólo quieres ver películas, navegar por Internet y poco más, Surface Pro no es la mejor opción por su precio, peso y batería. Este es un tablet para los que sean usuarios intensivos y quieran algo más que un juguete.
Por supuesto, hay algunos detalles que habría que corregir en la Surface Pro. Por ejemplo, señalizar que esa abertura en el lateral derecho es en realidad el hueco para la microSD (al principio pensaba que era un altavoz). También echo en falta un segundo puerto USB, y mejorar la calidad del micrófono no estaría nada mal.
Por lo demás, la Surface Pro me parece un producto excelente, una verdadera gozada para jugar, escribir y trabajar.
Ver 62 comentarios