Ya lo hicieron con Surface RT y ahora le toca el turno a la versión Pro del tablet de Microsoft. Como cada nuevo gadget en el mercado al que pueden echar mano, la gente de iFixit se ha encargado de desmontar pieza a pieza el recién llegado Surface Pro. En su famosa escala de "reparabilidad", que mide las posibilidades de reparación por uno mismo de los gadgets, la versión RT se quedó cerca del aprobado, pero Surface Pro ha quedado en peor posición con apenas un 1 sobre 10.
A pesar del parecido físico de ambos tablets el proceso para desmontarlo es significativamente distinto. En ambos casos se empieza por retirar el "kickstand" de la parte trasera, pero a la hora de acceder al verdadero interior de la máquina, Surface Pro muestra resistencia desde el principio. Para retirar la pantalla, en iFixit tuvieron que recurrir a una pistola de calor para liberarla del adhesivo con el que está unida a la base del tablet. Ni siquiera hay una pegatina de garantía que romper, como queda el adhesivo tras el proceso es prueba suficiente de que el Surface Pro ha sido abierto.
Una vez retirada la pantalla, lo primero que aparece es la pequeña placa que incluye el chip de Wacom con el que funciona el lápiz digital incluido en el tablet. También queda a la vista la placa del LCD fabricada por Samsung y que parece ser similar al incorporado en el iPad 2. Tras retirar 23 tornillos podremos quitar el borde que rodea a la placa al que además va amarrada la cámara frontal del tablet. Pero en el camino para liberar la placa base todavía quedan otros 29 tornillos con los que están sujetos dos laterales metálicos que la mantienen firme en su sitio.
Tras sacar todos esos tornillos y retirar cuidadosamente las teclas de volumen y el cableado del puerto de carga, uno ya puede sujetar en sus manos la placa base que da vida al sistema. A ella está unida el SSD con los 64GB o 128GB de espacio total del que tanto se ha hablado. En la parte trasera de la placa aparecen dos diminutos ventiladores que mantienen frío al procesador i5-3317U y al resto de componentes internos, haciendo circular el aire a través de las múltiples rendijas que rodean la base del tablet. A esa base va unida la batería de 42Wh y 5675 mAh fabricada por LG, que, de nuevo, va fuertemente fijada a ésta con un potente adhesivo.
Todo estas dificultades hacen que Surface Pro puntúe muy bajo en la escala de "reparabilidad" de iFixit. Aunque la batería y el SSD son reemplazables, llegar a ellos es demasiado complicado. El LCD es muy difícil de retirar, hay mucho adhesivo con el que pelear en el proceso, son cerca de 90 tornillos los que se deben quitar y el riesgo de romper algunos de los cables que unen los componentes es muy alto. En definitiva, quien quiera hacer de manitas con Surface Pro va a tener que trabajárselo mucho, para los demás mejor acudir al servicio técnico.
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