Microsoft prepara una nueva versión de Windows, y si hay algo que se espera de ella es el regreso del Menú Inicio. Tras un par de años de ausencia con Windows 8, todo parece indicar que en Redmond preparan su regreso con un nuevo formato adaptado a las novedades que ha ido incorporando el sistema. No será el primer cambio que sufra, pero si uno de los más importantes.
A lo largo de su historia, el Menú Inicio ha contado con varios rediseños y cambios fundamentales en su funcionamiento. De ser una mera lista de accesos y programas, pasó a convertirse en herramienta fundamental para organizar todos los elementos del sistema operativo, aunque terminó desapareciendo en favor de una pantalla de inicio que pretendía sustituirlo. Pero el Menú Inicio se resiste a morir y bien merece la pena echar un vistazo a su historia.
Los años 90 y la introducción del Menú Inicio
En las primeras versiones de Windows no existía Menú Inicio y se utilizaba un administrador de programas para llegar a ellos. La primera versión del Menú fue introducida en Windows 95 y Windows NT 4.0. A él se accedía desde un botón en la esquina inferior izquierda de la pantalla, colocado sobre la barra de tareas y destacado con el icono de Windows y la palabra Inicio (Start).
Por aquel entonces ya mostraba muchas de sus principales señas de identidad, como su representación como un menú desplegable y la agrupación de las opciones en categorías. Gracias a él se facilitaba al usuario el acceso a todos los programas instalados, a todos los documentos y a la configuración del ordenador. Además, incorporaba iconos de acceso directo para la búsqueda, la ayuda, la ejecución de comandos y el apagado y reinicio del sistema.
En su aspecto, acorde con el resto del escritorio, destacaba el color gris y la barra lateral izquierda con el nombre del sistema. Dicho formato seguiría siendo utilizado en las siguientes versiones de Windows durante los 90, con ligeros cambios en altura y anchura, pero con la misma idea general de diseño y funcionamiento. El cambio llegaría con el nuevo milenio y con Windows XP.
El Menú Inicio en el nuevo milenio
El primer gran rediseño del Menú Inicio desde su nacimiento ocurrió con el cambio de siglo. Por aquel entonces Microsoft estaba preparando Windows XP y las primeras builds del sistema ya dejaban ver su nuevo aspecto y funciones. El Menú se preparaba para abandonar los colores apagados y su formato en lista para ser algo más que un mero recopilatorio de accesos.
Con Windows XP Microsoft dividió el Menú Inicio en dos columnas. La izquierda permanecía centrada en los programas instalados, mientras la derecha proporcionaba accesos directos a los documentos y archivos del usuario y a los elementos de control y configuración del sistema. En esta segunda columna aparecía también Mi PC, un icono que hasta entonces solía aparecer en el escritorio. En las sucesivas versiones de Windows, Microsoft seguiría ese camino, añadiendo elementos al Menú a la vez que presentaba un escritorio más limpio de iconos y accesos directos.
Los mayores cambios del Menú Inicio entre Windows XP, Windows Vista y Windows 7 estuvieron en el diseño. Los de Redmond modificaron la posición de algunos elementos, como los botones de apagado y cierre de sesión o el avatar del usuario, e introdujeron otros, como la barra de búsqueda. El propio botón para abrir al menú cambio su formato a partir de Windows Vista, desprendiéndose de la palabra Inicio (Start) y quedando relegado a un simple icono.
Los cambios de diseño era sobre todo evidentes en el aspecto estético del Menú. Mimetizando el tema de cada nueva versión de Windows, los tonos azules y verdes de Windows XP pronto dejaron espacio a las transparencias y colores más oscuros del tema Aero de Windows Vista. Su última versión llegaría con Windows 7, simplificando el esquema de colores y los efectos y puliendo su funcionamiento. Mejoras que nada hacían presagiar lo que estaba por venir.
El parón de Windows 8
El empuje de nuevos dispositivos como los tablets y la irrupción cada vez más evidente de las pantallas táctiles obligó a Microsoft a replantearse cómo los usuarios trabajaban con Windows. El principal afectado fue el Menú Inicio. Los de Redmond optaron directamente por abandonar el que había sido uno de los elementos identificativos de su sistema en un intento por modernizar la forma de presentar los programas y aplicaciones del sistema y el método de acceder a ellas.
El Menú Inicio desapareció de Windows 8 y su lugar fue ocupado por la Pantalla de Inicio. Su lugar y el del escritorio, que quedaba ocultó bajo una nueva pantalla llena de accesos más visuales y repletos de información que un simple icono y su nombre. El nuevo formato, claramente pensado para el control táctil, hacía innecesario el tradicional Menú Inicio. O eso creía Microsoft.
En la primera gran actualización de Windows 8 Microsoft rectificó ligeramente sobre sus pasos y volvió a introducir un icono de inicio con el logo del sistema en la barra de tareas del escritorio. Un icono que además se hacía visible en la esquina inferior izquierda de la Pantalla de Inicio y que permitía cambiar entre los dos entornos. No era ni mucho menos la vuelta del Menú, pero era un primer elemento que anticipaba su regreso.
Su esperado regreso y renovación
Tras el intento de superarlo, Microsoft tardó dos años en devolver el Menú Inicio al primer plano de su sistema. En las conferencias Build 2014 celebradas en San Francisco, Terry Myerson mostró por primera vez la intención de la compañía de recuperar el añorado Menú. Apenas fue una captura que dejó ver el que podría ser su nuevo aspecto y la fusión con la malograda Pantalla de Inicio.
Conforme se acerca el momento de conocer lo que traerá consigo la próxima versión de Windows, numerosas filtraciones han ido desvelando detalles del diseño y funcionamiento del nuevo Menú Inicio. Si estas se cumplen finalmente, parece que volveremos a ver la integración de su aspecto con los temas del sistema y la división en dos columnas, pero con cambios. La de la izquierda volverá a estar centrada en los programas y aplicaciones instaladas, mientras la segunda quedará reservada para el anclaje de tiles al estilo de la Pantalla de Inicio.
Todas estás cuestiones todavía habrán de ser confirmadas, pero, ya sea de una u otra forma, lo que parece evidente es que el Menú Inicio ha vuelto para quedarse. Dos décadas desde su aparición y hasta seis versiones de Windows después ni Microsoft ni los usuarios han encontrado un sustituto. Y es que, a pesar del paso del tiempo, puede que el Menú Inicio sea la mejor forma de proporcionarnos acceso a todos los programas y elementos del sistema operativo.
En Genbeta | Los diseños que ha tenido Windows a lo largo de su historia (parte 1), (parte 2), (parte 3)
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