En torno a abril del año pasado surgían rumores sobre un posible reloj inteligente en el que estaría trabajando Microsoft. Parte de ellos afirmaban que detrás del nuevo smartwatch se encontraba el equipo de Xbox, en donde ya se estaba poniendo a prueba un prototipo que podría tener una pantalla de 1,5 pulgadas si se hacía caso a las demandas de componentes de los de Redmond.
El caso es que desde entonces poco hemos vuelto a hablar de ello, hasta ahora, que vuelven los rumores de la mano de The Verge. El medio norteamericano, citando fuentes con conocimiento de los planes de la compañía, apunta ahora que, conforme el dispositivo se va haciendo realidad, sería el equipo tras Surface el que estaría probando prototipos del smartwatch. El cambio de equipo tendría sentido a raíz de la reciente reestructuración interna de la compañía en la que todos los dispositivos han pasado a integrarse en una misma división.
Los nuevos prototipos mantienen algunos de los detalles desvelados en el pasado, como un conector magnético al estilo Surface, correas intercambiables en diferentes colores o esa pantalla de 1,5 pulgadas que se viene señalando. Pero entre ellos aparece una nueva característica apuntada por AmongTech que indica la posibilidad de una carcasa exterior realizada en oxinitruro de aluminio, un material transparente en un 80% pero cuatro veces más duro que el vidrio.
Sobre sus especificaciones, los mismos rumores apuntan que algunos prototipos cuentan con hasta 6GB de almacenamiento interno y soportan conectividad LTE. Las notificaciones y el control de la música estaría incluido por defecto en el sistema, el cual podría ser una versión especialmente adaptada de Windows 8 que además le permitiría interactuar con otros dispositivos como nuestros tablets o smartphones.
Eso sí, todo ello no serían más que prototipos que están siendo probados por Microsoft. De existir un producto final no se espera que sea revelado hasta bien entrado el próximo año. Lo que parece claro es que los de Redmond no quieren llegar tarde a la que puede ser la próxima revolución en dispositivos comerciales tras smartphones y tablets.
Vía | The Verge
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