La llegada de los dispositivos táctiles para Windows 8, más allá de Surface y algún que otro valiente como Asus o Sony, ciertamente está teniendo un retraso importante, al menos para los geeks ansiosos como quien escribe estas líneas.
Si bien en un artículo anterior realice un análisis de unas de las posibles causas que se podrían resumir en “Si no quieres vender, yo no quiero comprar”, también es cierto que la realidad siempre es más compleja de lo esperado.
Y que hay una parte importante en la fabricación de pantallas táctiles de nueva generación que hay que sumar a los problemas para la distribución de este hardware.
Las diferencias con el mercado de los SmartPhone
Lo primero que hay que señalar, ya que se puede caer en la comparación equivocada, es que la fabricación de pantallas para smartphones tiene poco que ver con la industria de pantallas táctiles para portátiles.
Los primeros, al ser un mercado más maduro por la continuada demanda desde múltiples marcas, ofrecen al integrador no solamente más posibilidades tecnológicas – y sus diferentes precios/prestaciones/calidades -, sino también unos plazos de producción que se mueven entre las dos y tres semanas por unidad.
También tiene importancia que los pedidos de este tipo de pantallas se suceden durante todo el año de forma, más o menos homogénea. Permitiendo a los integradores realizar órdenes a los fabricantes que obtienen prioridad en las cadenas de producción.
Y que los fabricantes están situados en todo el planeta, en un número abundante y, como decía anteriormente, con tecnologías y precios muy variados.
Los inconveniente de las pantallas táctiles para portátiles
En cambio, los fabricantes de las pantallas táctiles para portátiles son muchos menos que los de los móviles, y están concentrados en unas pocas áreas geográficas. Siendo, para más inri, una demanda más estacional; lo cual hace que las ordenes de fabricación tengan una prioridad en las cadenas de montaje más baja.
También, la construcción de las pantallas de 13” y 15” de los portátiles, multiplican la complejidad técnica, los costes de fabricación y de rendimiento. Lo cual produce que se alarguen los plazos de producción hasta superar las 8 semanas – más del doble que en el caso de los smartphone.
Por ejemplo, el fabricante TPK ha anunciado este año que será capaz de proveer 2,5 millones de unidades al mes, unas 30 millones al año. Sin embargo el mercado esperado de portátiles táctiles para 2013 está estimado en unos 200 millones de dispositivos. Por lo cual PK será capaz de hacer frente solamente al 15% de la demanda mundial.
Coste y cadena de suministros
Para complicar la ecuación, también el precio final para el comprador está superando los 100$ por unidad, lo cual encarece en gran medida los dispositivos táctiles, y que está requiriendo investigaciones tecnológicas para poder reducir el coste y competir con dispositivos Android o iOS.
O sea que, en resumen, las dos variables que aportan su granito de arena al retraso de la llegada de los portátiles táctiles con Windows 8 son: el precio de las pantallas y la imposibilidad de la cadena de suministro de cubrir la demanda del mercado.
Y así en este pasado 2012 la penetración de este tipo de hardware no ha llegado al 2%, y la previsión para el 2013, si no hay un cambio importante y llegan nuevos fabricantes con tecnología nueva y mayor capacidad de producción, no superaría el 12%.
Toca seguir esperando.
Vía | DisplaySearch
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