Hace unos días salía a la luz el caso de un blogger francés que había filtrado parte del código fuente de Windows. Para encontrar a su fuente, Microsoft entró en su cuenta de Hotmail para obtener la información que quería. Los términos de uso le dan derecho a Microsoft (y a otras empresas) a inspeccionar tus datos cuando sospechen que puedes estar dañando su propiedad intelectual, pero eso no les valió para sortear la polémica.
Después de una primera explicación que no convenció en exceso, Microsoft ha tomado pasos adicionales. Brad Smith, vicepresidente de asuntos legales y corporativos, ha anunciado cambios en su política de privacidad. Cuando tengan sospechas de que alguien está usando cuentas de Microsoft para perjudicarles, no accederán ellos directamente sino que lo reportarán a las autoridades competentes.
Hemos defendido [a raíz de las filtraciones de Snowden] que los gobiernos deberían usar las vías legales para vigilar a ciudadanos. Aunque nuestra búsqueda estaba dentro de nuestros derechos legales, [...] deberíamos aplicarnos un principio similar y confiar en los procedimientos legales formales.
Redmond también cambiará su política de privacidad para reflejar estos cambios y hacerlos más claros para los usuarios. Además de esto, han anunciado la apertura de un debate con otros actores y empresas tecnológicas, entre los que estará la Electronic Frontier Foundation, para decidir las mejores prácticas a la hora de proteger la privacidad de los usuarios sin dejar de lado los intereses de los propios proveedores.
Ese debate puede ser un buen caldo de cultivo para adaptar las políticas actuales a la era post-Snowden. Teniendo en cuenta la presencia de la EFF y el propio interés de las empresas en postularse como defensores de la privacidad de sus usuarios, probablemente acabemos viendo cambios importantes que nos beneficien a todos.
Vía | Genbeta
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