Parece que fue ayer cuando Steve Ballmer dejó a todo el mundo boquiabierto con el anuncio de que dejaba el cargo de CEO de la compañía de software más grande del mundo. Abriendo la veda a meses de especulaciones y rumores sobre quien sería su sucesor al frente del gigante.
Ballmer, siempre recordado por su grito de guerra “developers, developers, developers”, ha tenido un paso por Microsoft tan positivo para las cuentas de resultados de la compañía como polémico y discutido con respecto a sus decisiones sobre las líneas de negocio de la multinacional, y el daño a la reputación que ha ido sufriendo la marca en los últimos lustros (y que tanto está costando corregir).
Pero, aún mayor sorpresa fue la elección y designación de Satya Nadella como el sustituto de Ballmer al timón del barco; el cual está dando un importante giro al rumbo de la compañía, y que nos hace preguntarnos: ¿A dónde vas Microsoft?
El perfil del nuevo CEO de Microsoft
Nadella ha desarrollado su carrera profesional en Microsoft desde 1992, con un perfil técnico y de dirección orientado al Cloud y relacionado con los productos y servicios online. Es el principal responsable de la existencia de la plataforma Microsoft de servicios en la Nube, que sirven de estructura basal a productos como Azure, Xbox Live, Office 365, Skype y muchos más.
Si algo se puede asegurar con rotundidad acerca del nuevo CEO es que su estilo de comunicación es mucho más serio y sosegado que el de su predecesor, que a veces era demasiado histriónico.
Nadella transmite firmeza, tranquilidad y energía positiva. De hecho está mucho más cercano a un amable gurú tecnológico con sus vaqueros, su chaqueta y sus gafas, que al ejecutivo agresivo que representaba Ballmer. Y así se puede observar tanto en las entrevistas como en las presentaciones en los eventos, en donde mantiene la atención del público desde un lenguaje sereno –con un curioso acento hindú- más orientado al fondo de las cosas que dice que en la forma de hacerlas espectaculares.
Por otra parte, está demostrando rápidamente que debajo de la piel de cordero se esconde la firmeza y la decisión que un cargo de tanto poder requiere. Y, en su mensaje a toda la compañía el pasado 10 de Julio, ha dejado palpable el que tiene una visión clara de cómo Microsoft va a enfrentar los retos que se avecinan.
Análisis del mensaje a la compañía
Para intentar predecir cuales son los derroteros de esta Microsoft en manos de su nuevo CEO, es imprescindible el análisis del correo de Natya enviado a todos los empleados de la compañía a principios del pasado mes de Julio.
"Nuestra industria no respeta la tradición, solo la innovación"
En esta declaración Nadella da un aviso a navegantes en donde indica que no le pesaran las decisiones tomadas anteriormente para poner en práctica las propias, que mantengan a la compañía en lo que considere la punta tecnológica.
Así, un párrafo más abajo señala que el equipo de dirección senior irá anunciando los cambios, no solamente de organización, sino también de ingeniería que crean necesarios.
"Vivimos en un mundo de movilidad y computación en la nube"
Y con esta frase inicia el CEO de Microsoft la descripción de lo que implica una sociedad mundial con más de tres mil millones de personas conectadas a Internet; en donde se ha pasado de una limitada capacidad de cálculo a un punto en donde la potencia y el dispositivo sobre el que se ejecuta el software han dejado de tener relevancia.
En donde las oportunidades están en la combinación de todo tipo de hardware con servicios ubicuos basados en Cloud, y en el cual el valor más escaso de encontrar es el trato personal efectuado por humanos.
"Microsoft is the productivity and platform company"
Lo he puesto en inglés porque aún no tengo referencias a cómo será traducido al castellano, ya que aunque el concepto de productividad es profusamente utilizado en el castellano económico y laboral, el término plataforma aún puede llevar a confusión.
Esta palabra parece definida por Nadella como aquel conjunto de sistemas de información que son la base sobre la que construir los servicios orientados a un mundo de movilidad y computación en la nube con el objetivo último de potenciar la productividad de los miles de millones de usuarios conectados a un mar – cada vez mayor – de dispositivos, aplicaciones, datos y redes sociales.
Por lo cual el reciente lema de “productos y servicios” queda sobrepasado por un objetivo mucho más ambicioso en donde se centra en conceptos sociales superiormente abstractos y globales.
Los primeros cambios que han llegado
Al mensaje de Nadella, hay que añadirle la presentación de los resultados del último cuarto del 2014 realizada a finales de Julio.
En donde no solamente ha sido una nueva muestra del poderío económico de la compañía con ganancias miles millonarias en prácticamente todas las divisiones, si no que ha traído el primer cambio de gran calado: el despido de 18.000 personas de la compañía en todo el mundo.
Principalmente profesionales de la antigua Nokia, unos 12.500, que sufren en sus carnes la política empresarial de adelgazamiento y eliminación de duplicidades tan común en las adquisiciones de una compañía por otra.
También se ha anunciado la reconversión de los programas Nokia X y Nokia Asha para correr - en un futuro- Windows Phone.
Es decir, se acabó la aventura de un teléfono Android de baja gama. Volviendo a dejar en la estacada – como con Windows Phone 7 – a los millones de usuarios que adquirieron los terminales, a cambio de establecer una apuesta coherente por el sistema operativo de la compañía.
Un solo sistema operativo sobre cualquier dispositivo
También está corriendo como la pólvora el rumor de que el próximo Windows será un único sistema operativo el que funcionará de manera idéntica sobre cualquier dispositivo certificado, lo cual contradice lo dicho hace unos meses por Julie Larson-Green de que iban a ser dos las versiones existentes: una para ordenadores y otra para teléfonos/tabletas.
Esta dualidad se sistemas operativos es lo que me parece que va a ocurrir en la próxima versión de Windows, ya que a las posibilidades de las recién presentadas Aplicaciones Universales, aún les falta mucho antes de que se pueda construir aplicaciones para cualquier hardware con un solo código.
Introduciéndome de lleno en el ámbito de la especulación, creo que lo más razonable es el anuncio de la desaparición de Windows RT dado el nulo apoyo de los demás fabricantes, y un catálogo de aplicaciones poco brillante.
Esto no significaría la muerte de Modern UI, Metro o como se llame, si no la fagocitación del interfaz táctil por el futuro Windows Phone 9, a la espera de la llegada de los microprocesadores Intel para Smartphone que están a la vuelta de la esquina. Que harán realidad las predicciones de la Ciencia Fición donde los móviles dan el siguiente paso evolutivo, convirtiéndose en verdaderos ordenadores personales o tabletas en miniatura (tal vez, no tanto).
Como ejemplo en la actualidad, a la Phablet Nokia Lumia 1520, solamente le faltan las capacidades de tinta electrónica para ser perfectamente equiparable a la tableta RT, Nokia Lumia 2520. Mismo procesador, misma memoria, misma potencia, variando solo en el tamaño y capacidades de la pantalla.
Un plausible futuro de la Surface PRO
Si con esta especulación acabo de hacer desaparecer la tableta RT Surface 2, de la cual apostaría que va a ser la última de su especie, ahora me quiero centrar en la continuidad de la Surface PRO, actualmente en su versión tercera.
Como hemos visto en otros artículos, es un dispositivo Wintel que no tiene competencia ni competidor, ya que es única en su género. Ciertamente esta es la versión de la segunda década del siglo XXI de un TabletPC; concepto que podría marcar tendencia… o no (como ocurrió con el iPad).
Porque que puede ser que no sea interesante continuar su programa de desarrollo ya sea por las críticas recibidas por los partners al introducirse Microsoft en el mercado del hardware; por el número relativamente pequeño de usuarios que utilizan tinta electrónica; o simplemente, porque no tenga hueco en los planes de la compañía.
En cualquier caso, actualmente su situación a medio plazo la veo clara. Según conversaciones privadas con miembros de la compañía, la Surface PRO 3 se está vendiendo mejor que todas las versiones anteriores. Cumpliendo el papel de dispositivo de referencia para animar a otros integradores a seguir este camino.
Y, aun asumiendo unos posibles 1.200 millones de dólares en costes (no confirmados), la división de hardware, en donde se integran las cifras de las Surfaces, sigue dando pingües beneficios a la compañía. Por lo cual no es de esperar la cancelación del programa.
Si no puedes con tu enemigo, únete a él
Otro importante cambio de la multinacional, que inició Steve Ballmer hace unos años, es el giro de 180º en relación a su política de prestigio como marca, dejando atrás su pasado de monopolio arrogante y comprendiendo que el mundo ha cambiado.
Que conceptos como Open Source, el intercambio libre del conocimiento y la contención de los costes son imprescindibles de abrazar por cualquier compañía que se dedique a servicios informáticos.
Así Microsoft ha licenciado y publicado gran parte de su plataforma de desarrollo (el framework .NET) como de código abierto - además de gratuito en muchos casos – y parece firme en la intención de mantener esta línea de desarrollo.
Y, como otra muestra del nuevo rumbo, está abordando de forma contundente el desembarco de sus aplicaciones en modalidad de SaaS para cualquier tipo de sistema operativo – algo impensable hace unos pocos años.
Adivina, adivinanza: predicciones
El camino que le queda por delante a Microsoft es una auténtica dicotomía: mientras en su ecosistema hay un potencial, empuje e ilusión que se muestra en la cascada constante de novedades, mejoras, evoluciones y apertura de nuevas herramientas y mercados; por el otro existe una persistente crítica constante por parte de los usuarios que va a ser especialmente difícil de superar.
Además poderosos competidores, e incluso enemigos, han aterrizado en el mercado. Barriendo el monopolio de la multinacional en sectores como el de sistemas operativos móviles, las tabletas, los servidores web, herramientas de telecomunicaciones, buscadores, navegadores, redes sociales, etc.
Incluso entablándose guerras en toda regla, como la que enfrenta a Google con cualquier tipo de integración que pueda significar competencia en el futuro. Y que ahora mismo está focalizada en restringir el uso de sus herramientas en Windows Phone o Modern UI.
Sin embargo creo que Satya Nadella hereda una compañía que ya ha iniciado el cambio de rumbo para librarse de burocracia y ganar agilidad. Centrarse en la innovación y enfrentarse a los retos de una civilización hiper conectada.
El futuro en informática es algo especialmente arriesgado de vaticinar, pero creo que la propuesta y apuesta de tener un único Sistema Operativo para todos los dispositivos capaces de correr Windows puede ser el primer paso de un verdadero Cloud OS o Sistema Operativo en la Nube.
Lo cual significaría que no tendríamos más instalaciones de aplicaciones Microsoft en nuestros discos duros, si no que nos suscribiríamos a los servicios directamente servidos desde el Cloud (como ahora mismo Google, OneDrive, Flirkc, Office365, etc.), desembocando finalmente en la idea adelantada por Google en sus Chromebook: un sistema operativo en la red que se ajuste automáticamente a cada dispositivo y conformando realmente una misma experiencia de usuario, sin importar el hardware que está detrás.
Y con los sistemas que no sean Windows, se acabaría la confrontación. El camino que parece seguir Satya evolucionaría de la famosa cita de “Un Pc en cada casa, un Windows en cada PC” a un estado de abstracción superior con “Plataformas y servicios Cloud Microsoft en todos los dispositivos”.
Sin importar el sistema operativo que soporte, en la búsqueda del objetivo que indica el logotipo final del email Satya Nadella: Cloud OS. Device OS & Hardware. Digital Work & Life Experiencies.
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